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Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Tito 2.1
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Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Tito 2.1
Efesios 4.15-16 dice lo siguiente...
El texto enseña que los creyentes somos el cuerpo de CRISTO, por lo tanto debe haber unidad; pero, para que haya unidad, primero debe haber sanidad.
A cada uno de nosotros como hijos/as de DIOS se nos ha dado al menos un don (regalo) que debe ser usado.
La pregunta no es qué quieres hacer para el SEÑOR, sino que te dio DIOS para que hagas. Algunas veces lo que queremos no es lo que DIOS quiere.
Cada uno de nosotros tiene una actividad propia que DIOS da y fuimos puestos en el cuerpo de CRISTO para cumplir esa función.
Tal vez tengas el don de corregir, enseñar, amonestar, el de restaurar, etc.
Dos cosas que debemos tener en cuenta:
Cuando los miembros se ayudan recién ahí el cuerpo crece y madura. La iglesia crece cuando somos uno en CRISTO y estamos sanos espiritualmente.
Uno de los problemas más comunes en la iglesia, el cuerpo de CRISTO, son las ofensas los unos con los otros y es algo que necesita sanidad.
Una ofensa es una falta, un pecado (grave por cierto) que lleva a la perdición, lleva a enfermarse espiritualmente.
Cuando estamos enfermos buscamos curarnos, pero en el espíritu pareciera que nos gusta estar enfermos porque si alguien nos ofende o nos sentimos ofendidos no buscamos la cura sino que nos quedamos con esa amargura, que se transformará luego en una raíz de amargura, que si crece nos daña a nosotros y a los demás miembros.
Tener una raíz de amargura nos hace débiles espiritualmente y no podemos crecer individualmente y menos como cuerpo de CRISTO.
En un mundo que es egocéntrico, cualquiera diría que el que ofende o lastima a alguien debería buscar solucionar las diferencias, heridas y ofensas que haya causado, pero... DIOS dice en la Biblia, algo muy distinto.
JESÚS dijo que te arregles con el que te ofendió.
Por otro lado;
El texto original dice:
“Confesaos, pues, unos a otros los pecados, y orad unos por otros, de modo que seáis sanados. Mucha fuerza tiene una petición de un justo hecha eficaz”.
El que ofendió debe confesar pidiendo perdón, debe reconocer, admitir su error.
Los dos deben hablar, deben sentarse y conversar sobre el asunto. Deben pedirse perdón y perdonar.
Según este ultimo versículo (Santiago 5.16) para ser sanados de esas heridas que nos hacen las ofensas, debemos decirnos las cosas pero bien, no a la atropellada, sino con mansedumbre*, humildad**, amor. Y esto debe ser hecho cara a cara, no a través de otros, ni a través de mensajes. Es necesario decirse las cosas de frente. Esto es dificil pero, si queremos ser sanados, es necesario hacerlo.
Nota:
Debemos orar por nosotros mismos y por los otros. Y tampoco aquí debe haber un mal proceder, debe buscarse la sanidad, perdonando al mismo tiempo.
San Marcos 11.25 enseña:
Es decir, no le eches en cara la ofensa, no te conviertas en ofensor. Busca la sanidad y luego vendrá la unidad. Si lo haces ya no tendrás raíz de amargura, ya no vivirás frustrado.
Si cada miembro del cuerpo buscara ser sanado, entonces el cuerpo de CRISTO sería uno, santo y sin mancha.
Si queremos que el cuerpo de CRISTO sea fuerte, sano, restaurado y unido, haremos esto: Acción y Oración. El no hacerlo implica que el cuerpo siga enfermo, débil y dividido. Implica que cada uno hace lo que quiere.
El cuerpo de CRISTO está enfermo espiritualmente cuando no obedece a la cabeza... CRISTO JESÚS.
Lectura complementaria: Efesios 4.31-32
Notas devocionales relacionadas: “Sobre la Roca” – “Liberación Divina”
A La Meta con CRISTO
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Dar a conocer a nuestro DIOS y SALVADOR JESUCRISTO, presentando contenidos doctrinales bíblicos para el crecimiento espiritual personal y/o grupal.
* Todas las citas bíblicas son de la versión Reina-Valera 1960 *
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Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él
el pecado de todos nosotros.
Isaías 53.6