Salvos y obedientes

22.06.2024

"Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos" (2° carta a los Corintios 5.15).

  Las Escrituras nos enseñan que todo ser humano es pecador, y que por esa condición, cada uno está condenado eternamente (Romanos 3.23). Sin embargo, la Palabra de DIOS también nos enseña, que el SEÑOR desea que todo ser humano se vuelva a ÉL en arrepentimiento (2° carta de Pedro 3.9). Y cuando nos volvemos a ÉL en arrepentimiento, ÉL nos salva, perdonándonos y limpiándonos de toda maldad (1° carta de Juan 1.9).

  Por eso, todo aquel que es salvo (todo creyente en JESÚS), vive en obediencia al SEÑOR; no por obligación, sino por agradecimiento a Aquel (JESÚS) que dio Su preciosa vida en la cruz del calvario.

  La Escritura dice: "Porque somos hechura suya, creados en CRISTO JESÚS para buenas obras, las cuales DIOS preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2.10).

  Como hijos de DIOS, 'no vivimos para nosotros mismos, sino para Aquel que murió y resucitó por nosotros' (2° carta a los Corintios 5.15); y lo hacemos, obedeciendo Su voluntad, siguiendo Sus caminos.

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