Pasando a la eternidad
"... los que no conocieron a DIOS, ni obedecen al Evangelio de nuestro SEÑOR JESUCRISTO; ... sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la Presencia del SEÑOR y de la Gloria de Su Poder" (2° carta a los Tesalonicenses 1.8-9).
Las Escrituras hablan de un lugar terrible de tormentos sin fin, llamado 'el lago de fuego'. Y aunque este lugar no está diseñado ni preparado para el ser humano, sino para el diablo y sus ángeles (Mateo 25.41), la misma Palabra de DIOS dice que allí irán todos aquellos que no estén inscritos en el libro de la vida (Apocalipsis 20.15). Y en ese libro, que no puede ser adulterado por ningún ser creado, solo están anotados los que son limpios por la Sangre del CORDERO de DIOS (JESÚS).
En ese lago de fuego, no hay Gracia, ni Misericordia; allí no hay Amor de DIOS, no hay quien predique para que se escuche el Evangelio. Allí, no habrá nada de lo que el SEÑOR ofrece hoy, sino solo miseria, tristeza y sufrimiento eterno (Lucas 13.28).
Todos los seres humanos vamos a cruzar a la eternidad; esto es, todo aquel que cree en JESÚS, pasará a la eternidad con el SEÑOR y quien no cree en JESÚS, pasará a la eternidad sin ÉL. Mientras que el primero será de regocijo eterno junto al SEÑOR, el segundo será de 'vergüenza y confusión perpetua' (Daniel 12.2).
Por esa razón, la Biblia dice: "... En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación" (2° carta a los Corintios 6.2).