Nos perdona y nos enseña a perdonar

21.07.2024

"No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados" (Lucas 6.37).

  Cuando las multitudes se juntaban para escuchar a JESÚS, ÉL les hablaba a través de parábolas; las cuales eran muy efectivas pues dejaban huella en el oyente. Pero ¿Qué son las parábolas?... Las parábolas, en la Biblia, son narraciones que revelan una verdad espiritual de forma comparativa.

  En una ocasión JESÚS habló acerca de un padre que tenía dos hijos muy distintos. Mientras uno de ellos permanecía junto a su padre, el otro decidía que quería seguir su propio camino. ¡Cuán difícil habrá sido para aquel padre aceptar esa decisión que tomó aquel hijo!

  Al final de la historia, ese hijo que había estado perdido, regresó arrepentido a su padre (Lucas 15.11-20a). ¿Y qué hizo el padre?... No lo echó por sus malas decisiones, ni por su pecado; ni lo echó por haberse ido durante mucho tiempo, sino que "cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó" (Lucas 15.20b). Y además de eso, se hizo una gran fiesta, pues este "hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado" (Lucas 15.24).

  Por otra parte, el otro hijo se enojó porque consideraba que su hermano no merecía que se le tenga misericordia, ni que se haga una fiesta por su regreso. Sin embargo, el padre le mostró con sabiduría, de que era necesario no solo perdonar, sino también alegrarse por ese regreso (Lucas 15.25-32).

  De la misma manera que aquel hijo descarriado, el ser humano se ha apartado del PADRE (DIOS); pero al igual que aquel padre, el SEÑOR lo espera con misericordia para perdonarlo. Y de la misma manera, que al otro hijo se le había mostrado que su enojo no tenía razón de ser, el PADRE nos muestra la necesidad que tenemos de no permanecer enojados, y la necesidad que tenemos de perdonar a los demás.

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