No seamos insensibles a la voz de DIOS
"Y cuando ÉL venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16.8).
El plan de DIOS es "que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1° carta a Timoteo 2.4); sin embargo, el ser humano no acepta este plan que requiere tan solamente que creamos en JESÚS (Hechos 16.31). Para la mente humana o carnal, el plan del SEÑOR no tiene ningún sentido, debido a que el pecado oscureció el pensamiento del ser humano (1° carta a los Corintios 2.14).
Pero cuando creemos en CRISTO como nuestro SEÑOR y SALVADOR, somos salvos y reconciliados con DIOS. Y desde allí, comienza un cambio (o limpieza) de nuestros pensamientos y actitudes, ya que el ESPÍRITU SANTO nos ayudará a comprender las verdades espirituales que nos estaban ocultas mientras vivíamos en el pecado (Jeremías 33.3).
Cuando el ESPÍRITU del SEÑOR nos habla sobre algo que no es agradable al SEÑOR, debemos volvernos a ÉL en arrepentimiento, pidiéndole perdón y apartándonos de nuestro pecado. La Escritura, lo expresa así: "Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a JEHOVÁ, el cual tendrá de él misericordia, y al DIOS nuestro, el cual será amplio en perdonar" (Isaías 55.7).
Si rechazamos la voz del ESPÍRITU SANTO, nuestro corazón se endurecerá y seremos insensibles a Su voz (Hebreos 3.15).