Morada celestial y eterna

20.07.2024

"Espera en JEHOVÁ, y guarda Su camino, y ÉL te exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos los pecadores, lo verás" (Salmo 37.34).

  Luego de resucitar, JESÚS subió al cielo para (entre otras cosas) prepararnos un lugar en las moradas celestiales (Juan 14.2). Esas moradas son muy distintas a nuestra morada actual; ésta es terrenal, la porvenir es celestial y eterna.

  En los capítulos finales de Apocalipsis, podemos ver un breve detalle de cómo será allí (Apocalipsis 21-22). Pero, aún con ese poco detalle, podemos tener la seguridad de que sean como sean esas moradas en su plenitud, serán eternas y llenas de la Gloria del SEÑOR.

  También tenemos que comprender que, aunque todos quieren entrar a esas moradas eternas, éstas son solo para aquellos que creen en CRISTO como su único SEÑOR y SALVADOR.

  David habló de esa tierra que heredaremos, y dijo: "Espera en JEHOVÁ, y guarda Su camino, y ÉL te exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos los pecadores, lo verás" (Salmo 37.34).

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