JESÚS... Se cree o se rechaza

18.07.2024

"JESÚS les dijo: Yo Soy el Pan de Vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6.35).

  Una cosa que hacía JESÚS constantemente, era enseñar; y no lo hacía en un lugar específico, o a una hora determinada, sino en cualquier lugar y en cualquier momento del día. Esos lugares podían ser las montañas, o a la orilla del mar; en una casa, o en el templo; e incluso podía ser mientras iba por el camino.

  Cierta vez, se encontraba en la ciudad de Capernaum, y estando dentro de la sinagoga, les enseñaba a la multitud que allí se encontraba. ÉL les decía (entre otras cosas): "Yo Soy el Pan de Vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6.35).

  Para muchos de los que oían, éstas palabras eran duras; así que, desde aquel momento, muchos de sus discípulos (no los doce) dejaron de seguirlo (Juan 6.60 y 66). Ellos tomaron la decisión de no escucharlo más, debido a que las palabras del SEÑOR eran consideradas por ellos, molestas y ofensivas.

  JESÚS sabía que muchas de aquellas personas no creían en ÉL, y que lo rechazarían por aquellas palabras que tocaban lo más profundo del corazón (Juan 6.60-66). Así que, les preguntó a los doce, si ellos también se irían ofendidos por Sus palabras (Juan 6.67). A lo que Pedro contestó: "SEÑOR, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que Tú eres el CRISTO, el HIJO del DIOS Viviente" (Juan 6.68-69).

  Si queremos ser fieles a DIOS y ser transformados por ÉL cada día, debemos dejar que Sus palabras penetren en nuestras vidas (Hebreos 4.12-13). Solo entonces, se producirá un cambio real en nosotros; un cambio que además, dará gloria al SEÑOR.

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