DIOS escucha nuestras oraciones
"En mi angustia invoqué a JEHOVÁ, y clamé a mi DIOS. ÉL oyó mi voz desde Su templo, y mi clamor llegó delante de ÉL, a Sus oídos" (Salmo 18.6).
Jonás era un profeta del SEÑOR, pero un día decidió que no quería hacer lo que DIOS le dijo que hiciera (Jonás 1.1-3). Así que se fue por un camino muy distinto que el que debía seguir; y cuando se dio cuenta de que había errado (pecando contra DIOS), no solo estaba en graves problemas, sino que también estaba angustiado.
Ahora él estaba, a causa de su desobediencia, dentro de un gran pez (Jonás 1.4-17). Pero sabía que si reconocía su pecado y se arrepentía ante DIOS, sería escuchado por el SEÑOR. Así que, cuando oró al SEÑOR, encontró ese socorro que necesitaba. Su arrepentimiento fue oportuno y DIOS lo perdonó y libró (Jonás 2.1-10).
El rey David también experimentó la angustia, y al igual que Jonás, sabía adónde tenía que acudir por ayuda. Él lo expresó de esta manera: "En mi angustia invoqué a JEHOVÁ, y clamé a mi DIOS. ÉL oyó mi voz desde Su templo, y mi clamor llegó delante de ÉL, a Sus oídos" (Salmo 18.6).
Sin importar qué situación compleja estemos atravesando en estos momentos (sea por un pecado o no), podemos encontrar socorro en nuestro buen SEÑOR, porque ÉL siempre está atento al clamor de Sus hijos.