Desde la pequeña Belén
"Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será SEÑOR en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad" (Miqueas 5.2).
Antes del nacimiento de JESÚS, Augusto César promulgó un edicto para que todo el pueblo sea empadronado. Así que, fue necesario que José volviera con María de Nazaret a Belén, su ciudad de nacimiento. "Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento" (Lucas 2.1-6).
Ese acontecimiento, se debe a una profecía que fue dada a través del profeta Miqueas; la cual decía, que en esa pequeña ciudad llamada Belén (casa de pan), nacería el SEÑOR y SALVADOR JESUCRISTO (Miqueas 5.2).
Como todas las profecías de la Biblia, ésta también se cumple en el tiempo adecuado y al pie de la letra (Lucas 2.6-7); y esto se debe a que la Palabra del SEÑOR es Fiel y Verdadera (Apocalipsis 22.6).
Así que, podemos confiar plenamente en lo que el SEÑOR nos dice en las Escrituras, y creer que JESÚS vino para ser SEÑOR y SALVADOR de nuestras vidas.