Convicciones de David
"Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de JEHOVÁ en la tierra de los vivientes" (Salmo 27.13).
David había aprendido muchas cosas en su vida; y cada una de éstas, lo llevaban a reconocer a DIOS como Soberano. Para David, el SEÑOR era su guía, su sostén, su fortaleza, su todo. Él llegó a comprender, que solo en el SEÑOR podía hallar seguridad y esperanza.
Si meditamos en lo que dice el Salmo 27, podremos ver esa gran confianza y esperanza que David tenía en el SEÑOR. Él expresaba éstas cosas con convicción:
• "JEHOVÁ es mi luz y mi salvación; ¿De quién temeré? JEHOVÁ es la fortaleza de mi vida; ¿De quién he de atemorizarme?" (Salmo 27.1).
• "Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado" (Salmo 27.3).
• "Mi corazón ha dicho de Ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh JEHOVÁ" (Salmo 27.8).
• "... Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, DIOS de mi salvación" (Salmo 27.9c).
• "Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de JEHOVÁ en la tierra de los vivientes" (Salmo 27.13).
Al igual que David, nosotros también podemos confiar totalmente en el SEÑOR, ya que solo en ÉL podemos encontrar lo que el salmista y muchos otros han hallado: Salvación, perdón, paz, luz, seguridad, ánimo, fortaleza, consuelo, vida eterna y un sin fin de bendiciones.
"Aguarda a JEHOVÁ; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a JEHOVÁ" (Salmo 27.14).