¿Cómo orar?
"Ahora, pues, oh DIOS mío, te ruego que estén abiertos Tus ojos y atentos Tus oídos a la oración en este lugar" (2° libro de Crónicas 6.40).
Todos los creyentes en JESÚS, tenemos la imperiosa necesidad de orar al SEÑOR siempre (Efesios 6.18); pero... ¿Habrá alguna postura concreta a la hora de orar? ¿Será que una determinada postura corporal nos acercará más al SEÑOR?
Si buscamos en las Escrituras algunos ejemplos de cómo se disponían corporalmente para orar al SEÑOR, encontraremos una gran variedad de posturas. El rey Salomón se arrodilló y extendió sus manos al cielo (2° libro de Crónicas 6.13-14). Pablo dobló sus rodillas (Efesios 3.14). El publicano, no quería ni aún alzar sus ojos al cielo y se golpeaba el pecho (Lucas 18.13). Y JESÚS, cuando oró en Getsemaní, se postró sobre Su rostro (Mateo 26.39).
A lo largo de las Escrituras, jamás encontraremos un versículo que nos diga la postura corporal que será efectiva; pero sí encontraremos, no solo que necesitamos orar, sino que se debe orar al SEÑOR 'en todo tiempo con toda oración y súplica en el ESPÍRITU, y velar en ello con toda perseverancia y súplica' (Efesios 6.18).
Al momento de orar al SEÑOR, lo que realmente importa, es que la oración provenga de nuestro propio corazón. Así que, busquemos a DIOS con humildad, gratitud y adoración, porque ÉL verdaderamente nos ve, y está atento a nuestra oración (2° libro de Crónicas 6.40).
"Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a Mí, y Yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón" (Jeremías 29.12-13).